En una subasta, una obra de arte siempre se le vende al mejor postor, pero en el mercado del arte el dinero no siempre es suficiente para asegurar las mejores piezas de un artista popular. La posibilidad de comprar aquellas obras se reserva para los coleccionistas privilegiados que han cultivado una buena reputación en el mundo contemporáneo del arte. Pero ¿cómo puede uno introducirse en ese mundo privilegiado? Hablamos con algunos líderes del mercado del arte para crear una pequeña lista de reglas ocultas que gobiernan el mercado del arte:
1. No hagas de la inversión tu mayor prioridad
Las galerías aprecian a los coleccionistas que están interesados en hablar y conocer el contenido y valor histórico de una pieza, y no en aquellos que sólo piensan en la posibilidad de obtener una ganancia o beneficio económico. Mientras que el deseo de un coleccionista de adquirir una pieza cuyo valor aumente a largo plazo es comprensible, la especulación no es bien recompensada en el mundo del arte.
“Un galerista responsable es muy cuidadoso en elegir a quien venderle”, dice Annette Hofmann, directora internacional de la Lisson Gallery, “Es crucial decir no cuando un coleccionista solo compra por inversión. Nuestra tarea es proteger a los artistas y asegurarnos de que su trabajo se encuentre dentro de una buena y seria colección.”
2. No revendas piezas de arte
Una galería prefiere a los compradores que conservan las piezas de arte dentro de su colección por un largo periodo. En el caso desafortunado de que un coleccionista realmente necesite revender, un código no escrito del mercado del arte es que la obra debe ser llevada en primera instancia a la galería donde fue vendida. El coleccionista es libre de vender la pieza de forma privada o en una subasta sólo si el galerista origina no muestra interés en comprar de nuevo la pieza o en revenderla. Hay algunas galerías que se encontraran encantadas de vender las mismas piezas varias veces, y obtener ganancias en el proceso, pero hay otras que su objetivo es colocar las obras de arte en colecciones prestigiosas y relevantes, idealmente para siempre.
Johann König de la KÖNIG GALERIE de Berlín explica porque no le interesa revender piezas: “Lo que actualmente está ocurriendo – y esto esta ocurriendo con los artistas más jóvenes – es que el mercado secundario tiene una influencia en el primario. Hoy en día nos podemos encontrar en una situación con artistas jóvenes que se venden por más en una subasta que en una galería. No queremos ayudar a incrementar los precios en las subastas, porque si lo hacemos, ayudamos a crear especulación. Coleccionar no debería estar basado en la idea de obtener ganancias. Pero si un coleccionista puede comprar una pintura en una galería por $35,000 dólares y después venderla en una subasta por $50,000, eso genera demasiados compradores que sólo están interesados en comprar y vender”.
3. Los museos son primero
Tener trabajos que entren una colección de un museo es la meta de muchos artistas y es probablemente la forma más influyente de validación. Es por ello por lo que los museos siempre tienen la prioridad en la lista de espera de cualquier galerista responsable, incluso si pagan con precios con descuento. Köning dice “Mi principal objetivo es venderle a las instituciones públicas. Por supuesto que ellos tienen mucho menos dinero, pero ellos enaltecen la reputación de los artistas y de la galería. Yo podría hacer mucho más dinero vendiéndole a coleccionistas privados, pero prefiero trabajar en colocar las piezas de arte en lugares donde la colección sea pública para estabilizar la reputación del artista en un largo plazo”.
Al final, señala Köning, esto resulta en una ganancia a largo plazo: “Nosotros decidimos elevar el precio de un artista a través de 2 principales factores: uno es la demanda, y el segundo es el incremento del valor desde un punto de vista histórico. Entre más le vendamos a las instituciones, más relevante se vuelve el artista desde un punto de vista histórico, y por lo tanto más caro se vuelve”.
4. Construir relaciones
No es posible crear una colección de calidad sin trabajar en relaciones personales con otros participantes del mercado del arte, en especial galeristas. Neil Wenman, director senior de Hauser & Wirth en Londres, recalca que trabajar cerca de sus coleccionistas es una de las mejores partes de su trabajo. “Hay un inmenso placer en trabajar en construir una colección juntos y ver qué artistas y cuáles trabajos pueden crear un nuevo significado, e incluso ayudarlos a conseguir obras desde otras fuentes y formas de adquisición” dice Wenman. “A través de los años, nuestros gustos y opiniones cambian, a veces cambiando una idea preconcebida, o a veces reforzando una línea de pensamiento. Es un viaje compartido. Ya sea visitando estudios de artistas en Shanghai, Los Angeles, Nueva York o Buenos Aires, o atendiendo a bienales o ferias de arte alrededor del mundo, son increíbles experiencias compartidas que muchas veces son tema de conversación.”
El agrega que la experiencia no debe ser confinada al galerista y el coleccionista: “Yo invito a que los artistas y los coleccionistas formen su propia relación, se conozcan y se hagan amigos. Es importante recordar que siempre podemos ver el mundo a través de los ojos de otras personas.”
5. Consigue un espacio en el comité de un museo – o construye el tuyo.
Un coleccionista que tiene una relación con una institución usualmente tendrá acceso a obras de arte antes que un coleccionista que no tenga afiliación a ningún museo. Los coleccionistas deberían de tener una forma de afiliación institucional para demostrar que tienen un compromiso con el mundo del arte que va más allá de sus posesiones privadas – como estar en el comité de un museo – ya que demostrar que tienes intereses en contribuciones caritativas es bien recompensado en el mundo del arte. “Yo creo que cuando coleccionas, es importante tener un sentido del bien mayor, y esto es algo que una relación con una institución te puede ofrecer” dice Wenman. “Ser parte de un comité o un grupo puede expandir el conocimiento y dar fundamentos sobre cuáles intereses y hábitos de coleccionismo son importantes de conservar”. También abrir una colección privada al público o crear un museo privado puede incrementar significativamente el estatus de un coleccionista.
Chiara Zampetti Egidi para Artsy
Artículo: https://bit.ly/2JXRTB5